Edward Gorey nació en 1925 y está considerado como uno de los mejores ilustradores estadounidenses del pasado siglo. Sus interpretaciones macabras y retorcidas de las épocas victorianas y eduardianas le granjearon un éxito inmediato, aunque también dedicó su vida a realizar espectáculos de marionetas o diseñar vestuarios para obras de teatro. Precisamente por esto ganó un premio Tony por su vestuario para Drácula. Sus dibujos son oscuros y humorísticos, con ese punto cruel que hace que sea amado y odiado a partes iguales. Murió en el año 2000 y su casa ahora se ha convertido en un museo.
Y es que Los pequeños macabros de Edward Gorey tiene miga, y de la buena. Aún así, a mí me encanta Edward Gorey y esta colección de pequeños libros que está editando El Zorro Rojo me gustan muchísimo. Este en concreto cuesta 9,95 euros y viene en tapa dura con sobrecubierta.
‘Los pequeños macabros’ habla de muertes infantiles. En concreto, veintiséis muertes diferentes, una por cada letra del alfabeto. Por supuesto, faltaría más, las imágenes insinúan más que muestran. Muertos por aburrimiento, comidos por osos, o engullidos por el fango, estos pequeños macabros descubren los riesgos de la vida demasiado pronto. Una galería de muerte que apela al sentido del humor, eso sí, negrísimo, pero sentido del humor al fin y al cabo.
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